
La Unión
Los Tratados de la Unión
Los Tratados de la Unión son una serie de escritos, firmados en la ciudad de Nuswax, que se fundamentan en la indisoluble unidad entre reinos bajo un mismo órgano regidor, La Unión. Reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que lo integran y la solidaridad entre todas ellas.
Algunos de los artículos más destacables son:
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Art. 25. Forman parte del gobierno de La Unión los monarcas de cada reino y, con posterioridad, sus respectivos descendientes como representantes de su región y los ciudadanos que en ella habitan.
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Art. 56. El Ravenwalda es el "rey de reyes", símbolo de su unidad y permanencia. Arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones y asume la más alta representación de La Unión.
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Art. 162. La Guardia Imperial es un instituto armado de naturaleza militar, con estructura jerarquizada que tiene como misión proteger el orden, hacer cumplir la ley y sancionar a todo aquel que no acatare los deberes asignados como ciudadano de La Unión, con ámbito de actuación en todo el territorio imperial.
Estos tratados son producto de la necesidad de regular las relaciones entre los reinos tras la guerra en la que se vieron involucrados con motivo de la desaparición de los grandes maestros de magia de cada reino debido al incidente de los gaizkin. Hecho que llevó también a la reconstrucción del destruido Colegio de Nottengard.
El reino de los arbóreos no firmó los tratados, negándose a renunciar a su gestión política y social en favor de La Unión. Por lo que, La Unión inició una discriminación general a los ciudadanos arbóreos, con el objetivo de castigar lo que consideraron una traición.
Esta discriminación se intensificó en la Tercera Era, durante el reinado de Aethelwulf XII, el santo, quien por decreto añadió varios anexos más a los Tratados de la Unión. El más importante es el siguiente:
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La Unión considera como timbre de honor el acatamiento a la Ley de las Madres, según la doctrina de la Santa Iglesia de las Madres de Talesia, única y verdadera fe, inseparable de la conciencia imperial que inspirará su legislación.
La Persecución Arbórea no es bien vista por la opinión pública de algunos reinos, lo que crea disconformidades dentro del gobierno de La Unión.